Cecual


Reconocido internacionalmente por un modelo en el que lo público se gestiona en conjunto con artistas y colectivos independientes, el Centro Cultural Alternativo (Santa María de Oro 471) del Instituto de Cultura, continúa profundizando la experiencia. En 2018 incorporó cuatro nuevos colectivos culturales y organizó una reunión con los más de veinte colectivos que integran la familia cecualera, de la que surgieron nuevos proyectos, vínculos entre colectivos, diálogos interdisciplinarios y proyectos de fortalecimiento.

Lo que Cecual llama “vecindario cultural” es una enorme paleta de artistas, diseñadores, productores, hacedores y colectivos culturales que encontraron bajo el ambay espacio y acompañamiento para sus proyectos. La gran diversidad de propuestas y los vínculos que se tejen entre colectivos y de estos con la casa, hacen del Cecual uno de los espacios de mayor producción del país y una experiencia de gestión participativa inédita en el ámbito público.

Por esta impronta de gestión, los cecualeros obtuvieron vasto reconocimiento y fueron invitados a foros nacionales e internacionales, como el Encuentro Iberoamericano de Centros Culturales (Colombia), el Encuentro Arpa (Paraguay), el Encuentro Iberoamericano de Desarrollo de Audiencias (Buenos Aires) y el Mercado de Industrias Culturales del Sur (Mar del Plata). También fue seleccionado por Cultura Nación para organizar un Encuentro de Centros Culturales de Latinoamérica y fue protagonista central del 1er Encuentro Federal de Gestores Culturales que se desarrolló en la propia casa del ambay.  Además de los innumerables vínculos con gestores y espacios culturales de Brasil, Bolivia, Venezuela, Paraguay y Chile.

“Fue un proceso que fuimos consolidando a lo largo del tiempo”, comenta Corcho Benítez, director del Cecual. “Muchos de los que trabajamos en el Cecual venimos del ámbito independiente y al pasar al ámbito público intentamos llevar adelante un proyecto que creíamos que podía resultar exitoso, que es el Estado dialogando en igualdad con la producción cultural independiente, con las asociaciones, las organizaciones”.

“La idea es que pueda ser un laboratorio de políticas públicas de gestión colectiva, entonces intentamos generar experiencias, documentar, hacer aportes a lo que creemos que pueden transformarse luego en políticas públicas”, explica.

“Creo que las instituciones del estado están para que los ciudadanos nos apropiemos de ellas” apuntó Luis Argañarás de la Biblioteca Corina Pittau. “Se instaló en el imaginario colectivo que los bienes del estado son del gobierno de turno, cuando en realidad, son de todos” señaló el referente de la Biblioteca que nació y crece en el casa del Cecual y además de facilitar libros, se comporta como un colectivogenerando múltiples actividades de promoción de la lectura y culturales en general”.

Todos los colectivos generan talleres, capacitaciones, trabajos hacia afuera de la comunidad, asistencias diversas. “Es un sistema de contraprestación por la utilización del espacio, en términos servicios o recursos no económicos con el centro cultural y con la comunidad” explicó Benítez.

Claudia Margosa, referente de Danza Identidad e integrante de Afroch (Afrodescendientes Chaqueños), dos colectivos del barrio cecualero, destacó la manera de trabajar de la casa. “Hace muchísimos años -casi 20- que estamos vinculados con el Cecual. Nos atrae especialmente su manera de trabajar con los colectivos, respetando sus individualidades, las particularidades que nos enriquecen.

“Además propicia, no sólo que nos apropiemos de la casa, sino también que no trabajemos aislados. Busca que sucedan los vínculos, para compartir saberes. Ese compartir enriquece y nos fortalece, no sólo para el arte, también para la vida” concluyó.

El espacio físico es clave para esta construcción colectiva. Los patios y cada espacio de la casa cecualera dialoga, fortalece y es un elemento identitario. “El Cecual no sólo nos brinda acompañamiento: es nuestra casa” señaló Víctor Cardozo del colectivo teatral Los del Callejón. “Nos une un trabajo de 12 años. Acá organizamos nuestras producciones, pensamos las obras, las ensayamos y estrenamos. Incluso ensayamos en horarios nocturnos, algo muy difícil de encontrar en otros espacios de Resistencia”

El colectivo produce además el ciclo Teatro de Cerca, un clásico del circuito teatral de Resistencia. Presenta obras de la región en un formato que brinda la mayor proximidad del espectador a la obra. El ciclo no deja de crecer, en su última edición incorporó talleres y para este año propone charlas y capacitaciones con referentes nacionales.

LLEGAR A CASA

La gestión del Cecual se inscribe en una concepción amplia de Cultura, que promueve “formas de vivir juntos”. Con los colectivos culturales, esto implica más que “abrir la casa”. El desafío mayor es gestionar la convivencia, integrar a los nuevos a la familia cecualera, fortalecer vínculos y procesos colaborativos.

“Comenzamos a trabajar con Cecual el año pasado, y este 2018 ya somos parte del vecindario” señaló Mariel Liva, referente del ColectivoÑandutí.  El colectivo empezó participando en ferias, con talleres y juegos, y en abril estrenó en el Cecual la Juegoteca, “un espacio permanente y abierto de juegos, del que participan desde bebés de cuatro meses y que apunta a la participación de toda la familia”. Con el lema Tejiendo Infancias, desarrollan propuestas creativas para la infancia, en sus distintas edades, que se renuevan permanentemente y adelantaron que durante el año desarrollarán talleres pensados especialmente en relación al espacio cecualero.

La Fundación Napalpí es otro de los colectivos que se incorporó recientemente. Juan Chico, referente de la Fundación destacó que “el Cecual es un espacio plural y diverso con el que trabajamos desde hace años y al que ahora nos incorporamos con espacio propio.” Apuntó entre los objetivos “sistematizar el trabajo que se viene realizando en el área de escritura indígena, retomar el Encuentro de Escritores Indígenas que se realizó el año pasado en el Cecual y encarar la conformación de un colectivo de escritores indígenas. “Estamos muy agradecidos con la casa cecualera que siempre recibe y acompaña nuestras propuesta con mucho interés.”

En la vereda de la casa, está el Kiosco del Cecual, un punto de encuentro para revistas culturales de todo el país. El kiosco tiene 6 años de vida y desde marzo de este año, el Colectivo Waykhuli coordina sus acciones. “Hace muchos años que trabajamos junto al Cecual, desde la presentación de la revista, hasta encuentros de colectivos culturales, propuestas de radio, filosofía e infancia” comentaron.

El Kiosco forjó un catálogo con algunas de las mejores revistas culturales del país y numerosos vínculos de los que surgen talleres y presentaciones. “Nuestra propuesta es sostener ese trabajo y generar el ámbito para que algunas cosas sucedan naturalmente; recuperar la vereda como espacio de lectura, que cualquier momento del año o del día sea grato para compartir revistas, discusiones, mates. La idea es salir a la vereda y encontrarnos leyendo.”

También es extenso y conocido el trabajo cecualero con la percusión. Muchos de los percusionistas más destacados del Nea pasaron por la casa y se quedaron; como docentes, como artistas, como parte de la familia. Así nació en marzo el colectivo Dale Tambor, con músicos, docentes e investigadores que hace más de cinco años trabajan junto al Cecual y que devino en una Escuela de Percusión.

Dale Tambor acondicionó uno de los espacios del Cecual y desarrolló una propuesta de formación integral para percusionistas, con talleres permanentes, clínicas y workshops. Juan José Martínez, coordina el colectivo y adelantó que se enseñan todos los ritmos latinoamericanos y sus instrumentos típicos, a la vez que adelantó visitas de maestros de renombre internacional.

PARTICIPARON DE LA REUNIÓN

En el patio mayor del Cecual se reunieron muchos de los colectivos culturales del Nea, para compartir ideas y estrechar vínculos. Participaron, Alfredo Germignani de Literatura Tropical, Mariel Liva y Luciana Rojas de Ñandutí – Tejiendo Infancia, Juanjo Martínez de Dale Tambor, Juanchi Langelotti de Esto también está sonando, Joselo Ramírez de Colectivo 18, Gustavo Insaurralde de Cecual Bar, Luisella Manzone y Víctor Cardozo de Los del callejón , Laura Blanco y Mario Caparra del Colectivo Waykhuli, Carolina Sampor del Espacio de Arte y Diseño, Claudia Margosa de Danza Identidad, Jao Art de Autoconvocados Afrodescendientes Chaqueños (Afroch), Luis Asano de la Asociación Japonesa del Chaco, Juan Diego Frangioli, Francisco Martina y Lucas Pérez de la productora audiovisual CheDé, Seba Ibarra de Ruta Nacional Canción, Juan Chico de Fundación Napalpí, Luis Argañarás de la Biblioteca Popular Corina Silva de Pittau, Jarumi Nishishinya y Judith Cristaldo de Cerámica El Escondite, entre otros.

Los colectivos plantearos sus proyectos y las dificultades que enfrentan, los proyectos confluyen, dialogan, discuten, se fortalecen.  “El Cecual -concluye Corcho- se volvió un espacio de discusiones comunitarias, amplias. Un interlocutor entre distintos ámbitos, la calle, el auditorio, las tradiciones, los nuevos saberes, las formas de la cultura popular con las nuevas formas de producción cultural, tratando de ver cómo esos flujos se enriquecen mutuamente”.

“Nuestro desafío es poder pensar la gestión cultural y las políticas públicas como procesos sostenidos, de reflexión permanente y no como mera sucesión de eventos aislados, desconectados de pensamientos, acciones y anhelos de transformación colectiva”. Para esto es fundamental “aprender a acompañar, a respetar los tiempos y modalidades de cada colectivo, de manera que no pierdan sus singularidades, sus formas y lógicas de producción, pero que a su vez todos confluyan en un proyecto colectivo, que es el Centro Cultural Alternativo”.

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